Cuando acude a nuestra consulta un paciente y nos pregunta, angustiado, «¿por qué veo doble?«, los oftalmólogos nos vemos en la disyuntiva de valorar si el paciente padece o no un trastorno neurológico.
El paciente busca una respuesta sencilla a su problema, «veo doble», pero enumerar la lista de posibles causas sin entrar en más detalles, aunque sea de manera sencilla, no suele ser lo más tranquilizador para la mayoría de los pacientes.
¿Qué es la diplopía o visión doble?
Llamamos diplopía a toda alteración visual que se manifiesta con doble visión, con independencia de si afecta o no a todo el campo visual, si sigue unas líneas, por ejemplo, horizontales o si se presenta en uno o ambos ojos.
Por tanto, cuando nos pregunten por eso de ver doble y sobre qué puede ser, nos toca responder con calma, transmitiendo la necesidad de una revisión a fondo hasta dar con el problema y ponerle solución si existe.
Tipos de visión doble
Los tres tipos más comunes de diplopía son los siguientes:
Visión monocular doble
Afecta a un solo ojo y suele avisar de un problema estructural en el ojo, y se corresponde pocas veces con una alteración neurológica.
La visión doble se percibe solamente con el ojo afectado abierto, por lo que puede ser el propio paciente quien nos comunique, nada más vernos, eso de “con un ojo veo doble”.
Visión binocular doble
Afecta a ambos ojos y desaparece al cerrar cualquiera de los dos.
Visión doble fisiológica
En este caso, lo que vemos doble son objetos desenfocados del fondo del campo visual. Si a esto le sumamos el hecho de que el cerebro aprende a compensar esta alteración visual bastante bien, podríamos detectar este tipo de diplopía en una exploración motivada por otra sintomatología independiente. Hay veces en las que los pacientes sí comentan «veo doble y borroso».
¿Es grave? Cuándo acudir a un profesional
La diplopía nos dice que hay un problema y precisamos dar con él para poder ofrecer un tratamiento. El diagnóstico no siempre es sencillo, pues debemos buscar problemas en la estructura del ojo para comprobar si se trata de un problema neurológico o de una enfermedad muscular. Cada valoración suele requerir una prueba diagnóstica especializada.
Dada la gravedad de algunos de los posibles diagnósticos, recomendamos acudir a su oftalmólogo o, en su defecto, al servicio de urgencias cuando se inicien los síntomas, siempre y cuando no cuentes con un diagnóstico previo. El ejemplo típico: algunas migrañas. Acude también si el patrón de esos episodios de diplopía se modifica en algún momento, o si repite una vez aplicado el tratamiento pertinente.
Tratamiento de la diploía
El tratamiento de la diplopía depende de dónde se encuentra la causa de la doble visión y puede no corresponder al oftalmólogo o requerir de un trabajo conjunto entre diferentes especialidades médicas.
- Si la causa de la diplopía es el daño en uno o ambos nervios ópticos, el paciente puede tener diabetes o esclerosis múltiple. Los tumores no se pueden descartar, aunque son menos frecuentes. Se impone el trabajo codo con codo con otros especialistas de la medicina que también lleven al paciente.
- Cuando la causa de la visión doble se localiza en el cerebro, nos enfrentamos a diagnósticos tan dispares como hipertensión cerebral, aneurismas o tumores, sin descartar algunas migrañas. En estos casos, lo habitual suele ser remitir al paciente a otro especialista, el neurólogo o el neurocirujano, o la colaboración conjunta.
- Si el origen de la diplopía es un problema estructural del ojo, entonces es el oftalmólogo quien debe ponerle tratamiento con terapia visual, prismas correctivos o, si lo anterior no funciona, cirugía.
- Cuando la doble visión se produce por problemas musculares, podemos estar ante un caso de estrabismo o ante un músculo debilitado por un problema neurológico. El tratamiento puede consistir en el uso de lentes o lentillas para mejorar la visión o, dependiendo del caso, en una cirugía.
La visión o diplopía puede ser indicio de algo grave. Ante un paciente angustiado que nos dice «doctor, veo doble», conviene adoptar un tono serio, pero no dramático, y hacer un poco de divulgación para que pueda comprender qué pruebas diagnósticas vamos a realizar y lo que estamos comprobando con cada una de ellas.