La amaurosis fugaz es un fenómeno transitorio pero muy alarmante. Se caracteriza por la pérdida súbita y temporal de la visión. No es una enfermedad en sí misma, sino una consecuencia que puede estar asociada a causas muy diversas. De ahí la importancia de reconocer los síntomas y de no demorarse a la hora de recibir atención médica.
Qué es la amaurosis fugaz o pérdida de visión repentina
Durante un episodio de amaurosis fugaz, la persona afectada experimenta una pérdida repentina y temporal de la visión en uno o en ambos ojos. Esta pérdida puede ser parcial o total.
Las personas que la sufren suelen comparar la experiencia con la de una cortina o sombra oscura que desciende ante los ojos, obstruyendo completamente el campo visual.
La obstrucción puede consistir en un oscurecimiento total, un oscurecimiento parcial, pero muy intenso o una visión tan borrosa que impide a la persona desenvolverse con normalidad.
El denominador común es que esa pérdida de visión ocurre de manera repentina, es transitoria y desaparece rápidamente, recuperándose la capacidad visual en cuestión de segundos o minutos.
Cuáles son las causas de la amaurosis fugaz
¿Y por qué puede producirse un episodio de amaurosis fugaz? Las causas posibles son de naturaleza muy distintas. Conozcamos las más habituales:
- Migrañas oculares
- Presión intraocular elevada
- Insuficiente riego sanguíneo de la retina o del nervio óptico
- Estenosis (estrechamiento) de las arterias carótidas
- Algunos trastornos neurológicos
- Afecciones o accidentes cardiovasculares
- Afecciones o accidentes cerebrovasculares
- Ciertas enfermedades autoinmunes
- Algunos trastornos del metabolismo
- Traumatismos y lesiones en el ojo, la cabeza o el cuello
- Hipoglucemias diabéticas
- Hipoglucemias transitorias
- Disminuciones repentinas y muy acusadas de la tensión arterial
Cómo identificar los síntomas y cuándo preocuparse
Los tres síntomas son:
- Pérdida súbita de la visión: ocurre habitualmente en un solo ojo, pero también puede manifestarse en ambos.
- Sensaciones adicionales: durante el episodio de pérdida de visión algunas personas perciben ciertas sensaciones visuales, como destellos de luz y zonas de claridad o coloreadas.
- Duración muy breve: la pérdida de visión generalmente dura entre varios segundos y unos pocos minutos, tras lo que se recupera espontáneamente la visión.
¿Y cuándo preocuparse? Siempre, aunque se trate de un episodio aislado. Y más si los episodios son repetitivos o recurrentes. No olvidemos que la amaurosis fugaz puede estar provocada por una afección subyacente, pero también por un accidente cerebrovascular o cardiovascular.
Motivos adicionales de preocupación son:
- La presencia de otros síntomas, caso de dificultades para hablar, mareos, dolores de cabeza intensos o fatiga acusada.
- La preexistencia de factores de riesgo, como antecedentes de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes o trastornos neurológicos.
¿Se puede prevenir o tratar la amaurosis fugaz?
La amaurosis fugaz puede prevenirse, pero no de manera específica. La prevención pasa por controlar los factores de riesgo que pueden provocar el desarrollo o exacerbación de algunas de las afecciones susceptibles de desencadenar episodios de amaurosis fugaz.
Es decir, se trata de:
- Controlar la presión arterial.
- Hacer lo propio con los niveles de colesterol y de glucosa en sangre.
- No fumar.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol.
- Comer de forma saludable y equilibrada.
- Si se padece alguna afección susceptible de provocar episodios de amaurosis fugaz, seguir escrupulosamente el tratamiento prescrito por el médico.
- Aunque se goce de un estado de salud aparentemente perfecto, efectuar un chequeo médico anual.
- Realizar una revisión oftalmológica anual.
Y si se sufre un episodio de amaurosis fugaz, ¿qué hacer? Obviamente, requerir atención médica lo antes posible. Y una vez diagnosticadas las causas subyacentes, someterse al tratamiento correspondiente.
En función de las causas, las opciones terapéuticas son bien distintas. A modo de ejemplo, estas pueden consistir en:
- El uso de fármacos específicos para reducir la presión intraocular.
- La administración de anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios.
- En caso de diabetes, el control estricto de la misma.
- El tratamiento medicamentoso de la enfermedad autoinmune o metabólica que provoca los episodios de pérdida de visión.
- La cirugía, si la causa de la amaurosis fugaz es un trastorno cerebrovascular o cardiovascular de carácter grave.
Concluyendo, tras un episodio de amaurosis fugaz es imprescindible recibir atención médica inmediata. Y no hace falta recordar que en la Clínica Oftalmológica Nebro disponemos de los medios adecuados para diagnosticar de forma temprana cualquier trastorno ocular susceptible de provocar en un futuro episodios de amaurosis fugaz.