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Dr. Salvador Nebro Cobos
Dr. Salvador Nebro Cobos

Tonometría: detectando el glaucoma

La tonometría es una prueba oftalmológica que se realiza para medir la presión intraocular y detectar posibles problemas como el glaucoma. Esta prueba se lleva a cabo mediante diversos métodos como la tonometría de aplanamiento, de rebote o sin contacto, y no produce dolor aunque puede causar sensación de aspereza en la córnea. Los resultados normales están entre 10 y 21 mmHg y los anormales pueden indicar problemas de salud ocular.

Es recomendable realizar esta prueba de manera regular a partir de los 40 años.  En este artículo se explicarán en detalle la preparación para el examen, los riesgos y complicaciones, el funcionamiento del tonómetro de ojo, los tipos de tonometría ocular, referencias y preguntas frecuentes sobre la prueba. Adicionalmente se hablará sobre la importancia de la detección temprana del glaucoma y del papel que juega el médico oftalmólogo en la realización y análisis de la prueba de tonometría.

Preparación para el examen

Instrucciones previas a la tonometría

Antes de realizarse la tonometría, es importante seguir ciertas instrucciones para garantizar que los resultados sean precisos y confiables. Se recomienda evitar el uso de lentes de contacto al menos una hora antes de la prueba, ya que pueden alterar la medición de la presión intraocular. También se aconseja no aplicar maquillaje en los ojos ni utilizar cremas cerca de la zona ocular antes del examen.

Tinte de fluoresceína: ¿qué es y para qué se utiliza?

En algunos casos, el oftalmólogo puede usar un tinte especial llamado ‘fluoresceína’ para hacer la prueba de tonometría más precisa. Esta sustancia se aplica en forma de gotas en el ojo y permite detectar cualquier deformidad o irregularidad en la superficie ocular. El tinte de fluoresceína no produce dolor ni efectos secundarios significativos y el paciente puede sentir una leve sensación de ardor o picazón en el ojo durante unos segundos.

Tonometría por aplanamiento de Perkins: procedimiento y recomendaciones

La tonometría por aplanamiento de Perkins es uno de los métodos más comunes para medir la presión intraocular. Durante este examen, el paciente se sienta en una silla mientras el oftalmólogo coloca con cuidado un pequeño dispositivo (tonómetro) en la superficie del ojo. A continuación, se empuja suavemente la córnea para aplanarla y medir la presión intraocular. Durante este procedimiento, se recomienda que el paciente mire a un punto fijo en el techo o en la pared, sin mover los ojos ni pestañear. Es posible que el oftalmólogo aplique unas gotas de anestesia local o un gel lubricante en el ojo para reducir la incomodidad o la irritación durante la prueba.

Riesgos y complicaciones

Posibles efectos secundarios de la tonometría

Es común que durante la tonometría se utilicen gotas de anestesia ocular, lo que puede causar una visión borrosa temporal o una sensación de escozor en los ojos. Además, se puede experimentar una sensación de aspereza en la córnea debido a la presión ejercida durante el examen. Por lo general, estos efectos secundarios desaparecen en cuestión de minutos después del examen.

Factores de riesgo para desarrollar glaucoma

Existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar glaucoma, como la edad avanzada, la miopía, la diabetes o la hipertensión ocular. Además, las personas que tienen antecedentes familiares de glaucoma también tienen un mayor riesgo de sufrirla.

Diferencias entre lecturas anormales y normales

Las lecturas normales de presión intraocular oscilan entre 10 y 21 mmHg, mientras que las anormales pueden indicar problemas como glaucoma, hifema o lesiones oculares. Es importante recordar que las lecturas anormales no siempre indican la presencia de glaucoma, pero sí son un factor de riesgo para su desarrollo. Si se obtiene una lectura anormal, es necesario realizar exámenes adicionales para descartar o confirmar la presencia de glaucoma.

¿Qué es la tonometría ocular?

La tonometría es una prueba que se utiliza para medir la presión intraocular en los ojos. Esta prueba es importante para detectar problemas como el glaucoma. Para entender mejor qué es la tonometría ocular, podemos dividirla en tres partes:

La importancia de la medición de la presión intraocular

La medición de la presión intraocular es importante porque el aumento de la presión en el ojo puede dañar el nervio óptico y provocar pérdida de la visión. Si el glaucoma no se detecta y no se trata a tiempo, puede producir ceguera irreversible.

¿Cómo funciona el tonómetro ocular?

El tonómetro ocular es el instrumento utilizado en la tonometría. La prueba se realiza colocando una pequeña cantidad de anestésico en el ojo para insensibilizarlo. Posteriormente, se coloca el tonómetro en la superficie del ojo para medir la presión intraocular.

Partes del ojo en las que se realiza la medición

En la prueba de tonometría, se mide la presión intraocular en la córnea, que es la capa transparente que cubre el frente del ojo. Otras áreas en las que se puede medir la presión intraocular incluyen la esclera, la conjuntiva y el borde del iris.

Tipos de tonometría ocular

Tonometría de aplanamiento: ¿en qué consiste?

La tonometría de aplanamiento es uno de los métodos más comunes para medir la presión intraocular y detectar el glaucoma. Este examen se realiza con un tonómetro ocular y unas gotas de anestesia para reducir la incomodidad. El procedimiento consiste en presionar suavemente la córnea del ojo con el tonómetro, lo que produce un aplanamiento temporal de la misma. A partir de estos datos, se mide la resistencia del ojo y se obtiene la lectura de presión intraocular.
Algunas recomendaciones a tener en cuenta antes de la tonometría de aplanamiento son evitar utilizar lentes de contacto y aplicarse las gotas anestésicas para reducir la incomodidad. En cuanto al procedimiento, es importante mantener la cabeza del paciente quieta y no presionar demasiado fuerte con el tonómetro para evitar dañar la córnea.

Tonometría de rebote: ventajas y diferencias con otros métodos

La tonometría de rebote es un método de tonometría ocular que utiliza un pequeño dispositivo que hace rebotar suavemente sobre la córnea del ojo. Gracias a estos rebotes, el tonómetro es capaz de medir la presión intraocular. Esta prueba es rápida, precisa y no requiere anestesia, por lo que es ideal para medir la presión ocular en niños o personas que tienen miedo a los procedimientos invasivos.
Una de las ventajas de la tonometría de rebote es que no provoca dolor ni incomodidad, y no se requiere el uso de gotas anestésicas. Además, es un método libre de contacto, lo que permite detectar el glaucoma sin que el tonómetro toque la córnea. No obstante, en algunos casos puede ofrecer resultados imprecisos y no es tan exacta como otros métodos.

Tonometría sin contacto: detección del glaucoma de manera indirecta

La tonometría sin contacto es una técnica que mide la presión intraocular de manera indirecta, a diferencia de la tonometría de aplanamiento o de rebote. En esta prueba, el paciente se coloca en un dispositivo especial que emite un pequeño soplo de aire en el ojo. A continuación, se mide la distancia que recorre la superficie de la córnea en respuesta al soplo de aire, lo que permite calcular la presión intraocular.
Entre las ventajas de la tonometría sin contacto se encuentra la precisión de los resultados obtenidos, ya que la córnea no sufre y no se necesita ningún tipo de contacto durante el examen. Además, esta técnica no requiere el uso de gotas anestésicas, lo que consigue reducir el malestar en el paciente. No obstante, en algunos casos, la presión obtenida puede ser mayor que la real, lo que puede resultar en falsos positivos.

Referencias

Otras pruebas y exámenes oftalmológicos que pueden ayudar al diagnóstico de glaucoma

Además de la tonometría, existen otras pruebas oftalmológicas que pueden ayudar al diagnóstico de glaucoma, tales como la gonioscopia, que analiza el ángulo de la cámara anterior del ojo, y la biomicroscopía, que evalúa el nervio óptico y la retina. También se suelen realizar fotografías del nervio óptico y análisis de su espesor para determinar si existe daño ocular debido al glaucoma. La prueba que más ayuda al diagnóstico del glaucoma es sin duda la campimetría computarizada como complemento de la tonometría.Todas estas pruebas son complementarias y ayudan al oftalmólogo a determinar si existe glaucoma y su gravedad.

Tratamientos médicos, con láser y quirúrgicos utilizados en casos específicos de glaucoma

El tratamiento para el glaucoma varía de acuerdo a su gravedad y evolución. En muchos casos, se utiliza un tratamiento que consiste en un colirio que reduce la presión intraocular. Si los medicamentos no son suficientes, existen procedimientos quirúrgicos que pueden ayudar a drenar el humor acuoso y reducir la presión. Además, existen cirugías  específicas que pueden ayudar en casos de glaucoma, y tratamientos con láser como la  trabeculoplastia selectiva. Es importante seguir el tratamiento adecuado para evitar daños mayores debido al glaucoma y preservar la visión.

Preguntas frecuentes sobre tonometría

¿Puede realizarse en cualquier edad?

La tonometría se recomienda a partir de los 40 años, ya que a esta edad se incrementa el riesgo de desarrollar glaucoma. Sin embargo, puede realizarse en cualquier edad cuando existen antecedentes familiares de glaucoma u otros factores de riesgo. En estos casos, se recomienda realizar la prueba de manera regular para detectar cualquier anomalía en la presión intraocular.

¿Es dolorosa la prueba de tonometría?

La tonometría no es dolorosa, aunque puede generar una sensación de aspereza en la córnea del ojo mientras se realiza la medición. Es una prueba rápida y sencilla, que no requiere de preparación previa.

¿Se puede realizar la tonometría con lentes de contacto?

No es recomendable realizar la tonometría con lentes de contacto, ya que estos pueden alterar la medida de la presión intraocular. Por lo tanto, se recomienda retirar las lentes de contacto antes de la realización de la prueba.

¿Es recomendable hacer una tonometría de forma regular?

Sí, es recomendable realizar la tonometría de forma regular a partir de los 40 años. Esto permite la detección temprana del glaucoma y la implementación de un tratamiento eficaz para evitar posibles complicaciones.

¿Es posible realizar la tonometría en caso de tener ojo seco o inflamación ocular?

Sí, es posible. De hecho es recomendable hacerla, ya que en muchas inflamaciones intraoculares la presión puede estar alterada.

¿Cómo se debe interpretar un resultado anormal de la prueba?

Un resultado anormal de la tonometría indica una presión intraocular elevada, lo que puede indicar la presencia de glaucoma, hifema o lesiones oculares. En estos casos, es necesario realizar un estudio más detallado para confirmar o descartar el diagnóstico y determinar el mejor tratamiento a seguir. Es importante seguir las indicaciones del médico oftalmólogo para obtener una evaluación precisa y un tratamiento adecuado.

Importancia de la detección temprana del glaucoma

La tonometría se utiliza para medir la presión intraocular con el fin de detectar problemas como el glaucoma. Es importante detectar el glaucoma de manera temprana, ya que esta enfermedad puede causar una disminución progresiva e irreversible de la visión. Es fundamental realizar exámenes periódicos a partir de los 40 años con el fin de poder detectar cualquier anomalía a tiempo y evitar posibles consecuencias graves.

Recomendaciones para seguir antes y después de la tonometría

Antes de la tonometría, se recomienda no utilizar lentes de contacto durante un tiempo determinado, entre otras medidas, para evitar que los resultados de la prueba se vean afectados por factores externos. Después de realizar la tonometría, es posible que el paciente sienta una sensación de aspereza en la córnea, pero no debería sentir dolor. En cualquier caso, se recomienda seguir las indicaciones de un médico oftalmólogo para minimizar posibles molestias tras la realización de la prueba.

El papel del médico oftalmólogo en la realización y análisis de la prueba de tonometría

Es preferible que la tonometría sea realizada por un médico oftalmólogo especializado, ya que este se encargará de realizar una interpretación adecuada de los resultados obtenidos durante la prueba. El médico oftalmólogo podrá determinar si los resultados de la tonometría indican algún tipo de problema relacionado con el glaucoma o no. Si se detecta algún tipo de anomalía en la tonometría, el médico oftalmólogo podrá determinar la necesidad de implementar un tratamiento específico para el paciente.

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