La pingueculitis es una afección benigna que consiste en la inflamación de una pinguécula.. Lo más importante es no confundir una pinguécula con otra afección de la vista que pueda tener peor pronóstico. En la Clínica Dr. Nebro contamos con el instrumental para realizar diagnósticos precisos y podemos encargarnos de la cirugía en aquellos casos en los que sea el único tratamiento aconsejado.
¿Qué es la pingueculitis?
Una pinguécula es una tumoración benigna que aparece como una rugosidad o elevación, de color blanquecino o amarillento, en la zona de la conjuntiva y suele tener una extensión pequeña, como el equivalente a un grano de arroz o a una lenteja.
Cuando la pinguécula se inflama, los vasos conjuntivales se dilatan. lo que le confiere un color rojo a la pinguécula, y se acompaña de una molestia o ligero dolor.
En general afecta solo a la conjuntiva, por lo que no interfiere en la visión, y se forma lentamente: cuando el paciente detecta los síntomas, es probable que la pinguecula haya estado evolucionando desde meses antes.
Puede aparecer como una única rugosidad o abultamiento leve, o bien repartido en varias. Puede localizarse en el lado externo, llamándose entonces temporal, por estar más cercana al hueso temporal, o en el lado interno, llamándose entonces nasal por estar más cerca de la nariz.
Lo mejor cuando detectamos un bulto en la superficie del ojo, aunque no moleste ni afecte a la visión, es acudir al oftalmólogo en busca de un buen diagnóstico, para llevar a cabo un seguimiento si se precisa o poner un tratamiento.
Muchas veces, se confunde una pinguécula con un pterigion. Al fin y al cabo, son parecidos en forma y sintomatología, aunque el pterigión, invade la córnea y puede afectar a la visión, por ello nuestra insistencia en la necesidad de hacer un buen diagnóstico. Cuando una pinguécula ocupa parte de la extensión de la córnea pasa a considerarse pterigión.
¿Qué causa la pinguécula?
No hay una causa clara, sino factores que aumentan las posibilidades de desarrollar pingueculitis. Entre ellos podemos mencionar la edad y el síndrome del ojo seco. Por este motivo, el estrés continuado puede llegar a ser otra causa de pingueculitis, pues suele causar sequedad ocular, bien como síntoma, bien como efecto secundario de algunos fármacos para su tratamiento.
También parece haber relación entre las personas que han expuesto la vista a la luz solar o al viento sin la debida protección durante años y con el trabajo en ambientes con mucho polvo, de nuevo sin la protección adecuada.
Cuando una pinguécula se inflama hablamos de pingueculitis.
Síntomas y cómo detectarlo
Hay casos de pingueculas que se pueden pasar por alto, y entonces será el oftalmólogo quien lo detecte y proceda a establecer un tratamiento, aunque lo habitual es ir sintiendo molestias que te lleven a la consulta del profesional.
Entre ellas, podemos destacar:
- La aparición de un abultamiento o una extensión de tejido engrosado, que puede tener un matiz amarillento o incluso rojizo.
- Esta zona abultada no duele, aunque sí es frecuente que sientas la presencia de un cuerpo extraño de una forma más acusada si tienes problemas de sequedad ocular.
- Puede haber cierta irritación ocular, a veces acompañada de picor, que con los demás síntomas hagan pensar en procesos alérgicos.
- En algunos casos, la inflamación de la conjuntiva es apreciable a simple vista.
Tratamiento de la pingueculitis
Los oftalmólogos solemos ir probando con los tratamientos más conservadores primero, salvo en los casos en los que la pingueculitis avanza de una manera anormalmente rápida y llega a invadir la córnea. Estos tratamientos son los siguientes:
Lágrimas artificiales
Alivian las molestias de los casos más comunes y, de paso, reducen el riesgo de recidivas. Además, se trata de algo que no tiene efectos secundarios, por lo que suele ser nuestra primera opción.
Medicamentos antiinflamatorios
Cuando la conjuntiva está muy inflamada o las molestias que sufre en paciente son importantes, las lágrimas artificiales pueden no ser suficientes y es cuando probamos también con medicación antiinflamatoria.
Cirugía
Por último, si la pinguécula sigue avanzando o llega a interferir en la visión, una sencilla cirugía permite retirar ese tejido que ha crecido en exceso, formando el abultamiento y los demás síntomas.
La cirugía es efectiva, aunque aconsejamos pasar a proteger los ojos desde ese momento con lágrimas artificiales y gafas de sol, o protectoras si el entorno laboral lo precisa, porque esta operación no permite impedir que las pinguéculas puedan volver a aparecer en la misma zona del ojo o en otra.
Cualquiera puede sufrir pingueculitis, aunque hay factores ambientales que aceleran su aparición. En algunos casos, tener una o más pinguéculas no causa molestias. Entonces solemos tratarlas con lágrimas artificiales, mientras comprobamos la evolución. Otras veces se necesita un tratamiento farmacológico o quirúrgico, aunque lo más importante es no confundir esta tumoración benigna con otras de mayor riesgo. De ahí la importancia de un buen diagnóstico temprano, para tu tranquilidad y para proceder con el tratamiento cuanto antes en caso de no estar ante una simple pinguécula en el ojo.
Dr. Salvador Nebro Cobos