Los escotomas son puntos ciegos en el campo de visión. Pueden ser temporales o permanentes y, en este último caso, tener tratamiento o no. Por ese motivo, en cuanto presentes un punto ciego en el ojo, si no cuentas ya con el diagnóstico de un oftalmólogo, necesitas consultar con uno con urgencia.
Dependiendo de dónde aparecen esas zonas sin visión, vamos a necesitar unas pruebas concretas o alguna adicional. Un tratamiento temprano cuando aparece un escotoma permanente puede retrasar años la ceguera parcial. En Clínica Oftalmológica Nebro disponemos de todo el equipamiento necesario para el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con esta afectación del campo visual.
¿Qué es un escotoma?
Llamamos escotoma, en principio, a cualquier punto ciego del ojo. Ese punto ciego puede percibirse como una mancha negra dentro del campo visual, como una zona borrosa o parecer un destello que no se está produciendo y puede aparecer en todo momento en el mismo punto concreto de un ojo o irse desplazando, a diferencia de las moscas volantes que sí se desplazan.
Lo más importante es saber la causa. Por ejemplo, el escotoma es un síntoma frecuente en muchas crisis migrañosas, en cuyo caso se resuelve por sí solo al pasar el episodio. Pero un escotoma central, que no se desplaza con el transcurso de minutos u horas, suele ser síntoma de una acumulación de líquido en la zona de la mácula, donde se genera una inflamación que afecta a la visión central y es motivo de consulta inmediata con un oftalmólogo.
Los escotomas permanentes, es decir, esos que no se resuelven solos en unas horas o días (a veces, por un traumatismo, pueden aparecer estos puntos ciegos mientras se resuelve un proceso inflamatorio), son un síntoma alarmante.
¿Cuáles pueden ser las causas?
Hemos adelantado algunas de las causas de escotomas, pero vamos a verlas todas.
- En los escotomas transitorios, la causa más común es una migraña, aunque podría deberse también a un traumatismo muy específico.
- Los escotomas permanentes pueden deberse a un derrame cerebral o a un tumor que afecte al nervio óptico o al cerebro, así como a lesiones en las estructuras que van desde el ojo hasta la zona donde se procesan las imágenes en el encéfalo (síntomas de glaucoma, esclerosis múltiple o hipertensión intracraneal).
- Algunos escotomas avisan de la formación de cataratas, y suelen afectar a ambos ojos. Suelen comenzar con regiones borrosas, que pueden llegar a tener nula visibilidad.
- Los casos de escotomas centrales avisan de problemas en la retina, desde desprendimiento de retina hasta DMAE. También puede avisar de la presencia de una lesión o tejido cicatricial en la retina. No es infrecuente que afecten a ambos ojos.
- Niveles altos de colesterol pueden producir escotomas, al igual que la obesidad.
- Por último, cualquier persona diabética o hipertensa debe prestar especial atención ante la aparición de este tipo de problemas visuales, incluso si son transitorios. Más vale una consulta con el especialista para descartar algo serio o corres el riesgo de quedarse con ceguera parcial.
Síntomas de los escotomas y cómo diagnosticarlos
Síntomas
Los síntomas son claros. Aparece, por lo general, en un solo ojo, uno o más puntos donde se ve borroso, manchas negras o centelleos. A la vez, casi siempre hay mayor o menor dificultad para enfocar correctamente los objetos, de manera análoga a la fatiga visual pero sin una causa clara.
En ocasiones, las regiones con ceguera parcial se sitúan en la periferia del campo visual, dando lugar a una visión en túnel o escopeta. Este tipo de escotoma puede ser permanente o transitorio. Cuando es temporal podría deberse a una migraña o a una crisis de pánico.
Dependiendo de la extensión y la localización de los puntos ciegos, el paciente puede tener problemas para caminar sin tropezar o para manejar objetos como pueden ser los cubiertos de la mesa o un bolígrafo a la hora de ir a agarrarlos.
Diagnóstico
Con un abanico de causas tan amplio, el diagnóstico se realiza estudiando el historial clínico del paciente y con un examen ocular inicial, para saber qué otras pruebas diagnósticas son necesarias.
Tras comprobar la agudeza visual y mirar el fondo de ojo, solemos realizar una campimetría, para obtener información precisa sobre el tamaño y la localización del o los escotomas.
Su oftalmólogo puede solicitar también otras pruebas, como una resonancia magnética o una punción lumbar, para confirmar o descartar lesiones neurológicas e hipertensión intracraneal, respectivamente. En estos casos, el diagnóstico certero pasa a ser fruto del trabajo entre oftalmólogos y neurólogos.
Tratamiento del escatoma
El tratamiento de un escotoma depende de la causa del mismo. Cuando son transitorios y producidos por migrañas, se resuelven solos en menos de una hora, aunque podemos recomendar medicación para espaciar las crisis migrañosas con aura o reducir su intensidad.
Si la causa se puede eliminar, como en el caso de la hipercolesterolemia, es tratada por el especialista correspondiente y nosotros pasamos a realizar un seguimiento de lo que afecta solo a la salud ocular y la del nervio óptico.
En enfermedades crónicas, el control de las mismas es la estrategia de tratamiento para evitar que escotomas pequeños aumenten de extensión.
Siempre que un paciente se enfrenta a un escotoma permanente, podemos brindarle una terapia específica para aprender a manejarse con esas afectaciones del campo de visión, para mejorar su calidad de vida y disminuir el riesgo de dependencia.
Esta terapia incluye ejercicios combinados con cambios en los hábitos de lectura o de uso de dispositivos digitales: letras más grandes, filtros para evitar deslumbramientos o, cuando la ceguera parcial es importante, el uso de programas que pasan el texto a voz y viceversa.
Los resultados de esta terapia dependen de la extensión de las zonas ciegas y de dónde se sitúan.
Como hemos visto, los escotomas son puntos ciegos o manchas en el campo de visión. Pueden ser transitorios o permanentes, y estos últimos pueden quedarse estables o, lo más habitual, ir en aumento si no se controlan. Las causas son tan variadas como para no poder establecer un protocolo único para el diagnóstico. Por eso, el oftalmólogo va a necesitar conocer su historial clínico y, si las pruebas diagnósticas que le conciernen no arrojan resultados concluyentes, trabajar formando equipo con neurólogos, hasta dar con la causa. Desde ese momento, pasamos a ocuparnos solo de lo concerniente con la estructura ocular y con el nervio óptico, y proponemos una terapia adicional para mejorar el día a día del paciente.
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